jueves, 12 de diciembre de 2024

AGONÍA

 La primera vez que la vi sirviendo copas en la discoteca no pude dejar de mirarla. Era perfecta. Su larga melena rubia, sus enormes ojos negros, su esbelto cuerpo te hacía estremecer de deseo.

Yo soy un chico más bien guapo, encantador y con un gran don de palabra. 

Empezamos a vernos asiduamente en su apartamento. Cada minuto que pasaba con ella se me hacía corto.

Una noche salimos con unos amigos de ella, insistió en presentarlos, ella ya conocía los míos, llegamos a casa bastante perjudicados.

En un momento, ya rayando el alba, me levanté al baño. Nuestras ropas estaban esparcidas por el salón y el contenido del bolso de ella desparramado por el suelo. 

Me agaché y recogí sus cosas, entonces fue cuando vi su carnet de identidad. Se llamaba María de la Agonía. ¿Se lo pueden creer?

Me entraron unas ganas locas de reirme. Y no paré de hacerlo hasta que ella apareció a mi lado. Estaba muy seria. Me dijo que no quería que anduviera en sus cosas. Quise explicarle lo que había pasado pero no me creyó, pensó que le había hurgado en el bolso. Me hizo prometer que no le diría a nadie su segundo nombre. A nadie! Me lo dejó muy claro. Se lo prometí, mientras cruzaba los dedos a mi espalda.

No me quedó tiempo para contárselo a mis amigos, a mi familia y a todo el que conocía aunque fuera de vista. Me parecía muy gracioso su nombre y no entendía por qué ella se lo tomaba tan en serio.

Un día en el que me había quedado un par de horas de horas de más cuando salí ya era de noche. Había perdido el autobús. El coche estaba en el taller. Mi chica estaba trabajando, así que solo quedaba caminar.

No anduve ni cien metros cuando unos encapuchados me rodearon.  Les dije que les daría lo que quisieran. Tenía dinero. Pero parecía que no era aquello lo que les interesaba. Empezaron a golpearme y a patearme en el suelo. Me dejaron muy mal. Me habían roto varios huesos y el dolor era insoportable. Sabía que si alguien no venía a socorrerme pronto, me moriría.

Entonces escuché unos tacones. Una mujer se acercó. Los hombres le abrieron paso y…. Allí estaba!!!! Era ella, era María, mi chica. 

Le supliqué que me ayudara, que me librara de aquellos hombres y que nos fuéramos a casa…. Pero las intenciones de ella eran otras. Llevaba un cuchillo en la mano. Aquel era mi fin.

Me gusta cómo luce la Agonía cuando viene a por mí.


jueves, 5 de diciembre de 2024

BUEN TRABAJO

 Del Coliseo iba saliendo la gente que había ido esa tarde a ver el último combate de gladiadores.  Los cuerpos de los perdedores habían sido retirados. En menos de media hora estaría todo limpio y preparado para los juegos del día siguiente. 

Caía la noche en la ciudad de Roma. Entró en la ciudad un hombre encapuchado vistiendo una túnica negra y con un cayado en la mano. No se le veía el rostro. No se sabía si era joven o era un viejo.

A su paso dejaba un olor. Ese aroma era distinto según a quien le preguntaras, a unos les olía a rosas, a jazmín, a incienso, al rocío de la mañana, otros a tabaco, al alcohol, también a bebé…. Aquel olor era tan fuerte que aunque estuviera la gente en sus casas cenando salían a la calle. Se acercaban al hombre encapuchado.  A éste parecía no importarle que la gente se acercara a él y lo oliera. Hombres, mujeres y niños comenzaron a seguirlo.

¿Y a dónde los llevó el hombre? Al Coliseo.

Gran parte de la gente que vivía en Roma estaba allí. Unos tomaron asiento en las gradas y otros lo hicieron en la arena.

El hombre en ningún momento dijo palabra alguna. Los romanos que estaban allí también estaban en silencio. No se escuchaba ni el zumbido de una mosca. 

De repente el encapuchado levantó el cayado y todos los allí presentes, sin excepción alguna, cayeron muertos. Era un ladrón de almas.

Al día siguiente el ladrón de almas seguía sentado en la arena sin moverse, parecía muerto también. Ante aquella barbaridad el emperador Trajano mandó llamar a su mejor gladiador para que diera muerte a aquel ser miserable que había matado a más de la mitad de la ciudad.

El gladiador se acercó a él espada en mano. El encapuchado se puso de rodillas y apoyó la cabeza en la arena. El gladiador decapitó al ladrón del pueblo y alardeando de lo que había hecho, cogió la cabeza seccionada por el pelo. El encapuchado lo mordió. en la cara y el gladiador lo lanzó lejos profiriendo un insulto tras otro.

La cabeza no tocó el suelo. Desapareció por el aire. 

Pero una vez que la sangre se derramó por el suelo los muertos se levantaron y comenzaron a andar siguiendo a los que estaban vivos y los mataban de un mordisco. Roma estaba invadida por una orla de zombis.

El diablo se había hecho con un buen botín de almas. Sonreía cuando abandonó la ciudad.



jueves, 28 de noviembre de 2024

HERENCIA

 Estaban en la inmensa biblioteca de la casa de su padre a la espera de que el Señor Martínez leyera el testamento.

Laura y Lorenzo eran los legítimos herederos. Heredaron tanto la mansión como las tierras que la rodeaban y el dinero que había en el banco. Tenían que repartirlo entre los dos y su difunto padre esperaba que no hubiera ningún altercado en el proceso de dividir los bienes.

Lorenzo había llegado acompañado de Virginia, su esposa. Laura llegó sola.

La idea era pasar una semana allí para dejar todo aquel asunto arreglado.

Vivirían los tres en la mansión familiar.

Todo parecía ir bien entre su hermano y ella. Habían cerrado ya casi el acuerdo en la división de los bienes. Todo indicaba que en un par de días llamarían al Señor Martínez para que  pusiera todo en regla.

Una noche Laura bajó a la cocina a por un vaso de agua. Escuchó voces abajo, en el salón. Eran su hermano y su mujer conversando.

—Necesitamos todo el dinero que tenga mi padre en el banco. El prestamista no aguantó más, me amenazó con matarme si no le entregaba el dinero en una semana.

—Lorenzo, mi amor, estamos en una situación desesperada por culpa de tu adicción al juego y a las apuestas. ¿Cómo pretendes salir de ésta?

—Muy fácil, tenemos que conseguir la parte de mi hermana.

—¿Y cómo piensas hacerlo?

—Muy fácil. matándola,

Laura había escuchado toda la conversación. Estaba en peligro. Su propio hermano pensaba sacarla de enmedio por la herencia.

Al día siguiente tenía previsto pasarse por la mansión el señor Martínez para arreglar el tema, según un mensaje que le había mandado Laura.

Un abuso la convirtió en demonio para vengarse.

Esa noche Laura drogó a su cuñada y a su hermano.


Los metió en su coche, al cual había manipulado los frenos. No pudieron evitar la muerte. 

El señor Martínez le dio el pésame a Laura el día del funeral de su hermano y su cuñada.

Tenía que reunirse con él en su despacho al día siguiente.  


jueves, 21 de noviembre de 2024

REBELIÓN

 


Era una agradable noche de primavera, el duende Nils, más conocido como el Susurrador de Animales, estaba sentado sobre una gran piedra observando la cúpula del cielo cargada de estrellas. Viajaba por todo el mundo. Cuando el susurro de los animales llegaba a sus oídos iba hacia aquel lugar. Los animales no estaban contentos fuera dónde fuera, tenían un enemigo muy superior a ellos, lo sabían, y también sabían que lo tenían que vencer para estar a salvo. Pero, ¿cómo?

No hacían falta palabras, los susurros del duende Nils eran transportados por todos los lugares del mundo a través del aire, de una ráfaga de viento, de una ligera brisa… 

El duende Nils contaba historias de terror a los animales para alentar más su odio hacia aquel enemigo. Historias que se afianzaban con fuerza en el corazón y hacían crecer la esperanza en cada animal de que un día serían libres. 

Durante un tiempo el duende Nils dejó que ese odio creciera en cada corazón de cada animal con más fuerza, con más rencor y más aversión hacia el enemigo, hasta que estuvieron listos para la mayor rebelión jamás conocida. 

Solo bastó una frase del Susurrador y éstos entraron en batalla con el hombre, su mayor enemigo.


viernes, 15 de noviembre de 2024

BESTIA

 Hace unos meses que, desde su interior brota la bestia que le enseñó a matar.  Sólo mataba mujeres.  Mujeres que aun sabiendo que estaba casado con Laura y esperaban un hijo…. Un momento, había sido a partir de ahí. A partir del momento que supieron que un bebé estaba en camino. Fue entonces cuando lo notó, esa fuerza interior, esa bestia…

Se acercaban a él. Intentaban seducirlo. Algunas eran amigas de Laura o compañeras de trabajo, otras eran desconocidas.

Al principio las rechazaba y se iba a casa. Pero nunca dejaban de insistir, así que tomó una decisión.

Las llevaba a un callejón oscuro o iba a casa de alguna de ellas y cuando la excitación llegaba a su grado máximo les arrancaba la lengua con sus propios dientes y luego les quitaba los ojos. 


lunes, 21 de octubre de 2024

SU REFLEJO EN EL ESPEJO

 Desde hace unos meses hay otra persona viviendo dentro de mí. Se adueñó de mi cuerpo y de mi mente un fatídico día en un frío e impersonal despacho de hospital.  

Esa mujer está dispuesta a tomar el control de mi vida. No sé cuánto tiempo pasará hasta que me haga desaparecer por completo y solo quede su reflejo en el espejo.

Intento contemplarme en él lo justo y necesario porque cuando lo hago la veo y no me gusta nada la visión que me ofrece. 

Por mucho empeño que ponga a veces es inevitable y aunque sea de reojo no puedo eludir ver ese reflejo en algún escaparate, un portal o algún espejo de alguna tienda. Cuando eso sucede, agacho la cabeza, apuro el paso y salgo de allí como alma que lleva el diablo, acompañada de una vieja conocida, la ansiedad.

Esa otra mujer que vive en mí tiene arrugas en la cara, unas enormes ojeras y una mirada triste.

Cuando no hay un espejo cerca esa otra mujer desaparece completamente y entonces soy libre de esa opresión, de esa tristeza. Soy yo misma. Una mujer alegre, una mujer sin arrugas ni ojeras, con unas enormes ganas de vivir y  que todavía puede ofrecer mucho al mundo. Y sobre todo una mujer que no se bajará del tren de la vida en la siguiente estación.







LA GALLEGA DEL TERROR


jueves, 29 de agosto de 2024

MALDAD

 María llevó a su hijo a la iglesia. La acompañaba su amiga Ana y el marido de ésta, Tom. El sacerdote los estaba esperando delante de la pila bautismal. El bebé dormía plácidamente en los brazos de su madre. Era un niño muy tranquilo, apenas lloraba.

Ese día sería bautizado con el nombre de Mateo.

El sacerdote comenzó a orar. 

El niño se despertó, bostezó y abrió los ojos. Fijó su mirada en el hombre que no paraba de hablar frente a él. El clérigo también lo miró. 

Retrocedió un paso y sus manos comenzaron a temblar. La biblia que sujetaba cayó al suelo.

Ana, Tom y la madre del bebé estaban estupefactos ante la forma de actuar del sacerdote.

—¡Padre! ¡Padre Juan! ¿Está usted bien? —Le preguntaban una y otra vez

Esos ojos…

Los ojos de ese niño eran  hipnóticos.  Ese niño era la maldad pura. Quería hablar y contarle a la madre que nadie estaría seguro  a su lado a no ser que…

¡Eso es! Tenía que matarlo, tenía que hacerlo. 

El niño no paraba de mirarlo mientras sonreía.

El sacerdote intentó levantarse ayudado por Ana y Tom pero un fuerte dolor en el pecho lo tumbó de nuevo. Por las muecas reflejadas en su semblante mostraba el gran dolor que sentía. 

Tom llamó una ambulancia mientras Ana intentaba aflojar la sotana para que pudiera respirar mejor.

Cuando llegaron los sanitarios el padre Juan había muerto.

Maria miró a su bebé que dormía tranquilamente.

Sintió miedo. Mucho miedo. Supo que de alguna manera que no comprendía, que Mateo, su bebé estaba relacionado con la muerte del sacerdote.

La madre descubrió la maldad de su hijo.


AMOR INMORTAL

  Por la mañana a la hora del desayuno Elisa estaba ausente. Con una taza de café en la mano tenía la mirada perdida. Su marido la besó en l...