jueves, 10 de junio de 2021

OLLÁPARO

 

- ¡Ajos, por favor! -le pidió al tendero de la única tienda que había en el pueblo.

El hombre miró detenidamente a aquel muchacho y le preguntó a dónde iba. El joven le dijo que a subir a la cima de la montaña Penalonga. El tendero guardó silencio durante unos instantes, luego le preguntó para qué quería los ajos. El muchacho lo miró desconcertado, pensando que aquel hombre le estaba tomando el pelo.

- ¿Acaso no lo sabe? - le instó. Dicen que allá arriba hay demonios. He de llevar ajos para ahuyentarlos.

El tendero le puso una ristra en una bolsa. Pero se vio en la necesidad de alertarle de lo que le podría pasar si subía a aquella montaña. Así que lo hizo pasar a la trastienda y le contó una historia que el joven ya había escuchado a alguna gente del pueblo.

-Allá arriba en las montañas, vive un gigante, lo llaman Olláparo. Es muy feroz, salvaje y con un gran apetito. Tiene un ojo en medio de la frente, aunque algunos aseguran que también en la nuca. Come carne, tanto humana como de animales, y vive en las cavernas de la montaña.  ¿Entiendes lo que te quiero decir?

El muchacho asintió. Unos ajos no le harían nada a aquel ser. De todas formas cogió la bolsa y se fue.

Al día siguiente el tendero leyó en el periódico la desaparición de un alpinista. 


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