miércoles, 26 de julio de 2023

LA COMIDA

 

Teresa y Paco habían regresado a Galicia hacía unos días. Él lo sabía. Vivía en un pueblo pequeño donde no había secretos. Mateo esperaba paciente la llamada de su ex novia. Lo llamaría. Lo sabía. Teresa lo había puesto fin a su relación hacia un año para irse a estudiar a Madrid. Paco, su hermano pequeño, hacía unos meses que vivía allí. Había conseguido un trabajo de profesor en un buen colegio. No desperdició esa oportunidad de irse a vivir a una gran ciudad, nunca le había gustado estar en el pueblo. Se le hacía demasiado pequeño.

Supo, meses después de que Teresa se fuera, que se había liado con Paco. Él siempre pensó que aquello había sido planeado por los dos. Ahora Teresa y su hermano habían regresado al pueblo para anunciar su compromiso de boda. Estaba muy enfadado, se sentía traicionado por los dos y aquella rabia lejos de mitigarse iba en aumento. Esa noche se emborrachó. No pasó buena noche. Al despuntar el alba, sonríe al despertar de la pesadilla que hará realidad.

Estaba a punto de salir de casa cuando recibió la llamada de Teresa diciéndole que tenían que verse y hablar. Él aceptó. Quedaron en su casa para comer. Había construido una cabaña en el bosque cerca de la gasolinera donde trabajaba y allí es donde vivía ahora tras abandonar la casa de sus padres.

Mateo pidió el día libre en el trabajo y se dedicó a cocinar toda la mañana. Le gustaba hacerlo. Le relajaba. Era un gran cocinero. Un hobby que tenía desde que era muy pequeño y que le llevó a hacer numerosos cursos de cocina.

Teresa fue puntual a la cita. Comieron, bebieron y ella alabó tanto la comida como la tarta de chocolate que había hecho el anfitrión.

Al día siguiente se presentó su hermano en la gasolinera. Estaba alterado, nervioso y angustiado. Teresa no había ido a dormir aquella noche y nadie la había visto desde que había salido para verlo el día anterior.

Mateo trató de tranquilizarlo y le ofreció irse a su casa donde hablarían con más calma. Paco aceptó la invitación.

Ya en la casa, Mateo se puso a cocinar el plato preferido de su hermano, hígado encebollado.

—Con el estómago lleno pensaremos mejor –le dijo

Paco no paraba de hablar sobre Teresa preguntándole a su hermano cómo había transcurrido su cita con ella y de que habían conversado.

Mateo le dijo que ella le había hablado de cómo se habían conocido en Madrid y del compromiso que los unía. Lo hacía mientras recogía la mesa.

—¿Sabes dónde está?

—Sí –le respondió Mateo.

Hizo una pausa y prosiguió:

—La estás comiendo.

Su hermano se giró para mirarlo. No entendía lo que le estaba diciendo. Mateo estaba detrás de él. Le había puesto un cuchillo en el cuello.

—Hoy he soñado que ella me mataba y me arrancaba el corazón. Simplemente me he adelantado a los hechos.

Sin vacilar le rajó el cuello a su hermano.

 

 

 

 

 

 

 

 


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