Cuenta la leyenda que desde el palacio condal y el monasterio de San Vicente do Pino, en Monforte de Lemos, había un pasadizo.
Éste era utilizado por el abad cuando el conde estaba ausente para acostarse con la esposa del conde de Lemos.
Al regresar el conde al palacio tras una encomienda que le había hecho el rey, se entera de aquella aventura amorosa.
Planea su venganza y decide organizar una fabulosa comida invitando como comensal de honor al abad.
Mientras se sirven los postres, el conde da orden a sus vasallos de que traigan el premio principal, una mitra de hierro candente con la que corona al abad, ocasionándole una espantosa muerte.
El extraño triángulo amoroso trajo la muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario