miércoles, 16 de diciembre de 2020

DESTRUCCIÓN

 




                          La noticia empezó a correr de boca en boca como la pólvora. Algo extraño y siniestro estaba pasando en la ciudad.

                       En menos de una hora la gente empezó a congregarse por los alrededores del estadio. Todos querían ver lo que estaba sucediendo dentro. La policía intentaba contener a la muchedumbre que se agolpaba frente a las puertas de acceso. 

                       Columnas a lo largo y ancho del campo de fútbol aparecieron como de la nada aquella mañana, estaban perfectamente alineadas.

                       Sobre ellas descansaban unos seres oscuros, alados, de grandes dimensiones, semejantes a cuervos. Inmóviles sobre aquellas columnas. 

                       Los ancianos se santiguaban y mascullaban alguna oración. Aquello, pensaban, era un mal presagio, de eso estaban seguros.

                      No iban desencaminados, aquellos seres alados estaban esperando una señal.

                     Poco tardaron en darse cuenta de lo que aquello significaba, el cielo se oscureció en cuestión de segundos, un ser del inframundo apareció sobre el estadio, emitiendo un ruido parecido a un graznido, los seres que hasta ese momento habían estado inmóviles sobre las columnas empezaron a moverse inquietos deseando alzar el vuelo.

                    Era la señal que estaban esperando. La misión: destruir Brasil.


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