Fue todo un misterio lo acontecido en aquella iglesia. El detective acudió hasta allí tras recibir la llamada de un vecino que estaba bastante preocupado, no encontraban al sacerdote. Habían mirado en su casa y preguntado a los demás vecinos, sin éxito. Había un detalle a tener en cuenta y era que cada día, abría la iglesia a las nueve de la mañana. Eran las diez y la iglesia seguía cerrada. Además ese día, en una hora aproximadamente, tendría que oficiar un funeral. El detective en el momento de la llamada, estaba sentado ante su escritorio, haciendo lo que menos le gustaba, el papeleo. Inconscientemente, empezó a mordisquear el bolígrafo que tenía en la mano, mientras buscaba las palabras adecuadas para terminar el informe que tenía delante. Su mirada se clavó en un retrato que tenía en su mesa. Tal vez buscando la inspiración que necesitaba. En él se veía una mujer joven, de rostro agraciado, pelo rubio y una gran sonrisa. Se trataba de su esposa, Victoria, fallecida recientemente en un accidente de tráfico. Abrió el primer cajón de su escritorio y sacó una brújula, el último regalo que le había hecho ella. "No pierdas el rumbo de tus investigaciones", había grabado. La llamada en cuestión lo sobresaltó. Fuera caía granizo. Llegó a la iglesia, un cerrajero había abierto la puerta. Encendieron las luces. En una de las paredes había una tablilla de madera, en ella estaba escrito: LA VIDA NO TERMINA SE TRANSFORMA, junta a ella habían añadido, EN ALGO TERRIBLE, esto último estaba escrito, supuestamente, con la sangre del sacerdote, que habían encontrado muerto.
sábado, 10 de abril de 2021
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