La melomanía del rey, le llevaba a escuchar música a todas
horas, rodeado de juglares y trovadores que lo deleitaban con sus canciones. Su
otra gran pasión era su hijo y heredero al trono. El rey era muy buen narrador
y siempre tenía tiempo para contarle alguna que otra historia al pequeño
príncipe antes de irse a la cama. Aquella noche le contó la historia de Gerión.
“Había una vez un gigante malvado y tirano que gobernaba
sus tierras con mano de hierro. La gente vivía atemorizada. Rezaban y
suplicaban a los dioses que le enviaran un salvador. Zeus escuchó las súplicas
de aquellos mortales y decidió mandarles un “salvavidas”, su hijo Hércules,
para acabar con la pesadilla que estaban viviendo. Ante la mirada atónica de aquella
buena gente, Hércules, apareció surcando el cielo a lomos de un caballo alado
de color dorado como el sol. Los habitantes de esas tierras lo recibieron entre
sonrisas y aplausos. Sus oraciones habían sido escuchadas. La suma de las
atrocidades de aquel gigante de nombre Gerión, parecía no tener fin. Una mujer
le contó que aquel ser malvado y monstruoso había descubierto a un par de enamorados
besándose a orillas de un rio. Al descubrirlos, les arrojó una enorme piedra,
acabando así con sus vidas. Los labios de Hércules se fruncían con cada historia
que aquella buena gente le relataba. Les preguntó dónde podría encontrarlo. En los
acantilados, le respondieron.
Hércules fue hasta allí. A lo lejos, vio una enorme
figura ante un gran caldero sobre un fuego. El humo que salía del interior era
un claro indicativo de que estaba cocinando algo, tal vez una sopa con los restos
de algún animal. El gigante se llevó una gran sorpresa cuando lo vio. Se puso
en pie y esperó a que se acercara. Hércules vio ante él a un ser que medía más
de tres metros y con un par de piernas grandes y pesadas, como dos inmensas
columnas. De la cintura para arriba tenía tres cuerpos, seis manos y tres cabezas.
Gerión, por su parte, era conocedor de las historias que contaban sobre la gran
fuerza que poseía Hércules.
La pelea entre ambos duró tres días con sus tres noches,
tras las cuales, Hércules logra vencer a Gerión. Le corta la cabeza y lo
entierra junto al mar.
Para conmemorar su victoria construye una torre-faro
encima del cuerpo del gigante, a la que llamarían la “Torre de Hércules”.
Hicieron una gran fiesta para celebrarlo, donde Euterpe,
amenizó la velada tocando la flauta. En los años venideros la gente fue construyendo
sus moradas a los pies de la torre, hasta convertirse en una gran ciudad,
Coruña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario