lunes, 2 de mayo de 2022

DESPUÉS DE LA TORMENTA.....

 

El día había amanecido claro y luminoso. Sin embargo, a media mañana el cielo se cubrió de unas grandes, amenazantes y oscuras nubes. Las sombras se fueron dispersando por aquel pequeño pueblo costero.

Esas sombras comenzaron a trepar por las paredes, cubriendo puertas y ventanas, impidiendo así la entrada y salida de la gente, convirtiendo en prisioneros a todos sus habitantes dentro de sus propias casas.

La silueta de aquellas sombras era similar a la humana.  Estaban provistas de brazos y piernas, aunque eran inusualmente grandes. Tenían una cabeza muy pequeña en comparación con la longitud del cuerpo de casi dos metros de altura. No tenían cara. Sólo eran oscuridad.

La ciudad al completo entró en pánico al darse cuenta de que hicieran lo que hiciesen no podían escapar de aquel encierro que le habían impuesto.

Los gritos de pánico y terror se dejaban escuchar por todas partes. Gritos desesperados y aterradores por salir. No sabían cuánto duraría aquel encierro y el no tener las respuestas a esa y otras muchas preguntas estaba haciendo mecha en la salud mental de cada uno de ellos. Los móviles no funcionaban. Tampoco había luz. Todo era un plan urdido por el mismísimo demonio. 

Lo que ocurrió allí, también pasaba en otros lugares del mundo. Lugares clave mencionados en todos y cada uno de los libros sagrados de todas las religiones.

Mientras tanto, una mujer joven ataviada con un vestido blanco, se paseaba por las calles vacías esbozando una sonrisa malvada, escalofriante.

 

Comenzó a llover. El sonido de la lluvia amortiguaba los llantos y lamentos que cada vez se escuchaban con menor intensidad.

La mujer comenzó a bailar bajo la lluvia.

Su danza macabra la llevó hasta la playa.

En el mar, que había estado en calma hasta ese momento, comenzó a formarse grandes olas.

La joven se lanzó al agua. Habían desaparecido sus piernas, dejando ver una gran cola de pez. Su rostro ya no era el de una muchacha joven y hermosa. Se había transformado en la de un ser monstruoso con grandes colmillos, garras en vez de manos y un par de cuernos a ambos lados de la frente. Su nombre: Siredil

Una ola de unos cinco metros de altura se acercaba a pasos agigantados hacia la orilla.

En cuestión de minutos el pueblo quedó destruido.

Dejó de llover.

El agua fue retrocediendo hasta regresar al lugar de donde provenía, el mar.

La tierra comenzó a temblar. Se formaron varias grietas en ella. Por allí comenzaron a salir al exterior cientos, miles de seres oscuros.

Después de la tormenta nunca llegó la calma.

 

 

 

 

 

1 comentario:

  1. Olga Lafuente Perea2 de mayo de 2022, 11:08

    En todos tus relatos tienes la capacidad de ir aumentando la tensión hasta su culminación. Es maravilloso cómo consigues mantener la angustia. Enhorabuena 👏🏻👏🏻

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