Cuando fue consciente
de su propia existencia, sintió que no estaba solo.
Notaba otras
presencias a su lado. Estaba muy oscuro y no podía distinguir cuantos eran,
pero algo le decía que eran muchos los que igual que él, estaban allí
encerrados.
El lugar tenía forma
ovalada. Sintió su textura sedosa y elástica. Sabía que aquello los protegía,
era cómodo y la temperatura allí dentro era muy agradable.
A medida que el
tiempo transcurría dentro de aquel huevo, sus movimientos se iban haciendo más
precisos y su tamaño iba aumentando.
No sabía cómo había
terminado allí. Lo último que recordaba es estar postrado en una cama de
hospital. Escuchó a los médicos hablar con su esposa del estado muy crítico en
el que se encontraba. Se acordaba del accidente de coche. No tenía dolor.
Escuchaba el ir y venir de los médicos y enfermeras, entrando y saliendo de su habitación,
incluso podía escuchar lo que hablaban entre ellos, pero no podía mover ni un
solo músculo de su cuerpo, tampoco podía abrir los ojos. Permanecía tumbado en
aquella cama mientras el tiempo iba pasando. Entonces… la máquina, a la que
estaba conectado, comenzó a emitir un sonido, estridente, ensordecedor. Después
de eso, nada, salvo el silencio más absoluto.
Ahora sentía un
cuerpo, pero muy diferente al que tenía. Podía pensar, e incluso su visión se
iba haciendo, poco a poco, más nítida, empezaba a distinguir formas a su
alrededor. Quiso agarrarse a aquella pared de seda. Se dio cuenta de que no
tenía manos. Tenía patas. Un total de ocho.
Su desconcierto le
hizo entrar en pánico. En su desesperación quiso gritar, pero no tenía garganta
y sin ella tampoco existían cuerdas vocales que emitieran algún sonido, por muy
leve que fuera. Tampoco podía llorar. Sus ojos estaban secos. Sentía unos
deseos enormes de romper aquella tela y salir al exterior. Sus compañeros, sus
hermanos, sintieron lo mismo que él, porque al unísono, se pusieron a golpearla
hasta que hicieron un agujero lo suficientemente grande, por el cual pudieron
colarse. Una gran tarántula los estaba esperando fuera con pequeños trozos de
insectos para alimentarlos.