EL PLAN
Durante tres noches consecutivas había tenido el mismo
sueño. Moría a causa del veneno de una cobra real. Conocía a alguien de su
total confianza que podía reunir a un buen número de hombres y dar caza a
aquellas serpientes y terminar con ellas para siempre. Aquella persona en
cuestión se llamaba Tomás, era un joven de su edad que, aunque por sus venas no
corriera sangre real, era su compañero de andanzas y juegos desde que eran muy
pequeños. Le habló. Le contó su sueño y lo convenció para llevar a cabo aquel
plan ofreciéndole una gran fortuna y poder. Tomás a su vez, conocía a una joven
de la que se había enamorado desde que eran unos chiquillos. Aquella muchacha vivía
en el pueblo y sabía dónde poder encontrarlas. Tomás le habló de la fortuna que
su amigo el príncipe le daría. Aquello les ayudaría a empezar una vida
acomodada, los dos, lejos de allí. La joven aceptó.
De madrugada junto con un gran número de hombres fue en busca
de la joven que los llevó a un lugar donde un hombre sabía dónde encontrarlas. Incluso
tenía una metida en una tinaja.
Urdieron un plan. Esperarían a la madrugada para darles
caza y matarlas.
El joven comenzó a escuchar una voz. Se despertó.
Provenía de la tinaja.
Gadreel, convertido en serpiente, engañó a Tomás durante
toda la noche, diciéndole que era el hijo bastardo del rey de ahí que tuviera
ese trato tan especial en el castillo. Le habló durante horas hasta que logró
convencerlo.
El joven huyó durante la noche con la serpiente. Ahora su
propósito era otro.
Al llegar al castillo Tomás estaba más que convencido de
que él era el único y verdadero sucesor del rey.
Aquella noche esperó a que todos estuvieran dormidos para
llevar a cabo su plan.
Una vez hubo terminado con la vida del príncipe fue hasta
los aposentos del rey. Éste dormía plácidamente. La serpiente le pidió que la
metiera en la cama junto a él. El joven así lo hizo.
A la mañana siguiente apareció una serpiente muerta y el
cuerpo sin vida de Tomás en el lecho del soberano. Todos le echaron la culpa al
joven de haber querido acabar con la vida del rey y vanagloriaron a éste por
haber acabado con ellos.
Gadreel se había librado del cuerpo de la serpiente donde
había estado hasta poder hacerse con el del monarca.