La maldad de la reina Catalina no era un secreto para
nadie. Su obsesi贸n por mantenerse joven, por no envejecer jam谩s, era conocido
m谩s all谩 de los muros de palacio llegando incluso a traspasar fronteras. Pero
aquella obsesi贸n conllevaba unos actos tan viles y atroces que pon铆an entre
dicho su cordura.
Era vanidosa, egoc茅ntrica, autoritaria, malvada. Viv铆a
por y para ella. Su reino se desmoronaba a pasos agigantados.
Sus doncellas m谩s allegadas duraban a su lado lo que dura
un suspiro. Temerosa de que se supiera su secreto, eran aniquiladas por su
propia mano y reemplazadas por unas nuevas. Siempre escog铆a a ni帽as. Las
degollaba. Inhalaba sus 煤ltimos alientos. Y luego se ba帽aba en su sangre.
Un d铆a apareci贸 un pintor en palacio. Le propuso hacerle
un retrato, alegando que el mundo ten铆a derecho a deleitarse con su enorme
belleza y recordarla siempre.
Extasiada ante tales halagos la reina acept贸.
El pintor, un hombre bien parecido, adulador, de palabra
f谩cil, no tuvo problemas en robarle el coraz贸n a la soberana y 茅sta, m谩s pronto
que tarde, qued贸 rendida ante sus encantos.
Lo que no sab铆a ella era que aquel hombre, del que se
hab铆a enamorado perdidamente, no era otro que un poderoso brujo venido de
tierras muy lejanas, llamado por los s煤bditos de la soberana para que pusiera
fin a sus malvados actos.
La reina, cuya confianza en el pintor estaba por encima de
cualquier l贸gica razonable no se percat贸, o no quer铆a hacerlo, de que a medida
que aquel hombre plasmaba su imagen en el lienzo ella perd铆a vitalidad y su
salud se deterioraba a pasos agigantados.
Una vez terminado el retrato su alma abandon贸 su cuerpo
quedando encerrada para siempre entre los colores de aquel lienzo. El pintor desapareci贸
misteriosamente. En su lugar un cuervo se dejaba ver por todo el palacio. Todo
intento de echarlo fue en vano.
Libres de la malvada reina, escondieron su retrato en los
s贸tanos de palacio donde qued贸 olvidado durante siglos.
Luis, hab铆a heredado el palacio que hab铆a pertenecido a
su familia desde hac铆a varios siglos. All铆 hab铆a vivido su bisabuela, la reina
Catalina. Sin embargo, cuando preguntaba por ella todos elud铆an sus preguntas.
Recorri贸 el palacio sin encontrar ning煤n indicio de que
hubiera existido. Hasta que encontr贸 en el s贸tano en medio de trastos viejos y
cubierto por una enorme capa de polvo un retrato suyo. Lo mir贸 embelesado ante
tanta belleza. Su antepasada hab铆a sido la mujer m谩s guapa que jam谩s hab铆a
visto.
Lo llev贸 al sal贸n y tras limpiarlo, lo colg贸 sobre la
chimenea. El sitio perfecto para que
todo el que lo visitara pudiera contemplar semejante belleza.
Una semana despu茅s llegaron su mujer y su hija. Ambas adularon
la belleza de aquella mujer y a ninguna le molest贸 que su retrato estuviera
all铆 colgado.
Una noche en que, Sara, la esposa de Luis, no pod铆a
dormir, baj贸 a la cocina a prepararse un vaso de leche caliente. Pas贸 por el sal贸n
donde estaba la gran chimenea y el retrato de la reina Catalina. Algo le llam贸
la atenci贸n. Hab铆a algo diferente en el retrato. Hab铆a un hueco que
correspond铆a al lugar donde ten铆a que estar la mujer. Catalina no estaba en el
cuadro.
Un grito desgarrador la sac贸 de su desconcierto. Dicho
grito proven铆a del piso de arriba. Dicho grito era el de su hija Alba.
Subi贸 corriendo las escaleras hasta llegar a la
habitaci贸n de su peque帽a.
Sobre ella hab铆a una mujer vestida con ropajes antiguos.
Un largo vestido negro muy entallado y una cabellera rubia ca铆a sobre su
espalda en largos tirabuzones. La mujer al escuchar abrirse la puerta gir贸 la cabeza
en aquella direcci贸n.
Sara la reconoci贸. Era, sin duda alguna, la reina
Catalina.
Hab铆a puesto un cuchillo sobre la garganta de su hija. Le
hab铆a hecho un profundo corte del que manaba la sangre a borbotones.
Sara se abalanz贸 sobre ella gritando desesperadamente.
Cuando su marido lleg贸, la encontr贸 sobre el cuerpo sin
vida de su hija llorando desconsoladamente y hab铆a algo m谩s. Un cuervo posado en la cabecera de su cama.
Abajo, en el sal贸n, el retrato escupi贸 los pecados. La
reina Catalina esbozaba una amplia sonrisa. Su boca estaba cubierta de sangre.